martes, 4 de octubre de 2011

Un heladero de Cartaya bate el récord del mundo

Decenas de personas han hecho cola en estos días frente a un stand de la feria de Cartaya, donde servía sus productos Ricardo Muñoz, un heladero que está considerado el mejor de España por la asociación nacional de este gremio, y tiene el récord del mundo de su especialidad.
    Muñoz, natural de Valencia, figura en el Guinness de los Récords por haber tenido la capacidad de elaborar un total de 365 tipos de helados diferentes, aunque la vainilla o el chocolate quedan en un segundo plano cuando en su comercio se puede saborear un helado de paella o lentejas.
    "La base de todo es lo mismo, luego está echarle imaginación", explica el heladero, que ha tenido en las paredes de su stand colgados varios recortes de periódicos de toda España que muestran sus hazañas con los helados, pero a pesar de eso, era la primera vez que exponía en la feria de su pueblo: "es la primera vez en 25 años que el Ayuntamiento me llama para exponer", lamenta, aunque entiende que el apoyo que le dan sus vecinos está por encima del "ninguneo" que denuncia.
    Ahora, su última creación es el helado de berberechos, una forma distinta de probar este molusco, aunque él le quita importancia: "es fácil, y se hace con los berberechos en lata que podemos comprar en cualquier sitio". 
   No obstante, reconoce que sus productos más extraños sirven para atraer al público y dar a conocer su marca, porque los helados clásicos siguen siendo los más demandados, al tiempo que ofrece una original granizada de tinto de verano a un cliente.    Ricardo Muñoz tiene su heladería 'Los Valencianos' en la calle La Plaza de la localidad, en pleno centro, y su récord de 365 helados hace que sea posible tomar uno cada día del año, y entre ellos destaca el de "cotufa", un plato típico de la localidad con la base de una típica pimentada que ha convertido en helado.
    Para elaborarla, según señala, hay que tomar como base una pimentada a la que en la localidad se añaden elementos como tomate o huevo duro, y que, tras unas dos horas de preparación, se derivan a la "mantecadora", donde adquiere el frío necesario para convertirse en helado.

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